Se
ha celebrado con gran aceptación por parte de los socios del
club el primer curso de esquí de travesía para “novatos”.
Estas primeras prácticas se han llevado
a cabo aprovechando el fin de semana en que se celebraba el VI Trofeo
de Esquí de Montaña, “Puerto de la Ragua”.
El sábado, mientras los marcadores oficiales
se dirigían hacia la zona del Morrón del Mediodía
para buscar los sitios más idóneos por donde debería
transcurrir la prueba al día siguiente (domingo), los novatos
dirigidos por Miguel A. Navarro Espigares y un servidor de ustedes,
nos dispusimos a dar las primeras lecciones teóricas y prácticas
sobre esquí de travesía.
Comenzamos explicando los diferentes componentes
del equipo de esquí y su utilidad así como el material
necesario e indispensable que debe llevar cualquier montañero
que se precie en su mochila.
Una vez dadas estas explicaciones, comenzamos
a demostrar in situ, como se desliza con unos esquíes cuesta
arriba sin caerse de espaldas. Comenzamos subiendo las primeras rampas
con poca inclinación y haciendo ejercicios de deslizamiento de
pieles y vueltas progresivas.
Una vez subida la primera “cuesta”
que nos alejaba de la carretera, y al volver la vista atrás,
los participantes comenzaron a disfrutar del paisaje y del día
tan magnifico que había “salido”, (para algunas/os
era la primera vez que visitaban la zona).
Entre explicaciones, comentarios y correcciones
seguíamos ascendiendo sin prisa pero sin pausa (bueno alguna
para hacer la fotillo de rigor) hasta que los primeros del grupo comenzaron
a dar muestras de cansancio. Decidimos que como el recorrido era de
ida y vuelta y el día estaba estupendo, podían quedarse
en unos riscos descansando y tomando el sol, cuestión que así
hicieron.
El resto de los participantes seguimos hacia arriba
con intención de subir al Chullo. Al llegar al mismo pie del
cerro y cuando la cosa se ponía cuesta-arriba, algunos decidieron
que la subida la dejarían para otra ocasión ya que la
“cosa” era muy empinada para ellos y que también
estaban cansados. Se dispusieron a tomar el sol sobre unos peñascos
mientras nos veían subir zigzagueando a base de practicar la
vuelta-maría por la cara norte del Chullo.
Tras aproximadamente 1 hora desde que dejamos
a este último grupo, llegamos a la cumbre una pequeña
representación del curso formada por Pilar Quesada, Ramón
Otero, (estos ya no pertenecen al grupo de novatos pero vinieron de
ayudantes de prácticas) Carlos Orellana, Luis Escudero(magnifico,
la primera vez que hacía travesía), Eduardo Galgo (¡ojo
con este!, que lo tenemos ganando pruebas en poco tiempo) y Concha Alfaro(
¡que tenacidad y constancia la suya, ¡enhorabuena Concha¡)
Tras la foto de rigor y una rápida mirada
al paisaje que nos rodeaba (hacia un biruje que helaba el sudor) comenzamos
la bajada por la cara norte (la mejor nieve) dando giro tras giro hasta
llegar hasta donde habíamos dejado un rato antes al segundo grupo,
y que nos contemplaba en nuestra bajada con, “no poca envidia”,
pero con la firme promesa de que a la próxima, ellos intentarían
el Chullo.
A partir de aquí y para continuar bajando
hicimos dos grupos. Miguel se fue con los que habían subido al
Chullo y yo me quede con el resto. La bajada fue un tanto complicada
pues algunos no sabían hacer ni la “cuña”
y evidentemente tuvieron que quitarse los esquíes y bajar andando.
Un poco más abajo recogimos al tercer grupo,
no sin antes dar buena cuenta de las viandas (a Eduardo le parecía
verdad que no íbamos a parar a comer) que habíamos portado
todo el día.
Un poco más tarde sobre las 5 de la tarde
aproximadamente (y después de recuperar a Coco) estábamos
todos en el aparcamiento de la Ragua, cansados pero felices del día
y de la experiencia vivida.
En la Calahorra repusimos “líquidos”,
cuestión esta fundamental para el buen funcionamiento del organismo.
Pacoluis