El día amaneció precioso, con un cielo azul impresionante, un rocío otoñal y Sierra Nevada recién espolvoreada...
Y Pacoluis nos tenía preparada una ruta 10 de BTT. Carril y sendas, las justas, sin demasiado piedras, sin tener que llevar la bici a cuesta y casi sin tener que bajarnos de ella. Solo Ruth se bajó un poco bruscamente por culpa de un par de piñas mal puestas en la senda, pero que elegancia: un planchazo digno de los mejores saltadores, un sol extraordinario de la bici y lo mejor, sin daños ningunos, ni para la conductora ni para su velocípedo. Seguimos con toboganes, recovecos preciosos,... lo justo para abrirse el apetito, apetito que saciamos con todos los demás que se sumaron en Aguas Blancas.
Unas tapillas, una paella exquisita que preparó Luis O’Dhoguerty y colaboradores (que fueron muchos), así como unas tortas de chicharrones, cabellos de ángel o chocolate para rematar una comida deliciosa preparada con amor (y que demasiado socias y socios se han perdido).
Gracias a todas y todos por esa jornada tan completa y agradable.