Mi subida a la sagra comienza la noche del viernes al sábado pensando en el madrugón (5:15h de la mañana) que me espera y a lo que no estoy acostumbrada. He quedado con Anja a las 6:03 horas de la mañana y a las 6:06 con Ana "la volaora" horarios lo de 03 y 06 minutos son muy habituales y a las 6:30 en la gasolinera habitual con el resto del grupo.
Así comenzamos un largo día que no nos privaría de nada climatológicamente hablando. Nos pusimos en carretera de noche y el amanecer se hizo esperar, sorprendiéndonos en carretera con pinceladas en el cielo de tonos rojizos y amarillos, en dirección a Puebla de Don Fadrique. Al dejar la carretera principal y coger una secundaria en dirección al Collado de la Sagra, donde dejaríamos los coches para comenzar la subida, nos recibieron para darnos los buenos días una manada de gamos, gran espectáculo de la naturaleza a esas horas tempranas de la mañana.
Dejamos el coche en el Collado de la Sagra y comenzamos el ascenso por el Collado de las Víboras hasta el pico de la Sagra, en principio el día estaba nublado y con un poco de viento pero manteníamos la esperanza que a medida que iban pasando las horas levantase la niebla pues a veces y por segundos se dejaban vislumbras pequeños rayos de sol ¡¡¡¡puro espejismo!!!!! Pues el día fue avanzando y nosotros con él en nuestro ascenso, sorprendiéndonos con agua, viento, frío... Bruno mi perro, a medida que avanzábamos, yo le observaba y veía como sus bigotes se iban poniendo blanquecinos de las gotas de agua que casi se congelaban, y con el rabo entre las piernas se acercó a mí como pidiéndome auxilio, nuestro amigo César lo cobijó en su mochila y así superó las inclemencias del tiempo.
Por fin llegamos a la cima no sin ciertas dificultades, por mi parte, debido a los tramos nevados que nos encontramos, una vez arriba intercambiamos prendas de abrigo que si unos guantes, un gorro, un anorak, etc entre unos y otros (grupo estupendo) para combatir el frío y la lluvia, ¡¡¡Bien por fin en la Cima!!!, Cero vistas todo cubierto, pero había conseguido llegar arriba, no era consciente de lo que me esperaba en la bajada ¡río de piedras!, y con ello temblor de piernas, culetazos una vez si y otra también, etc, etc, etc... de repente un brazo amigo y salvador aparece a mi rescate Ana "la volaora" ¡ qué gran capacidad! Ana de colocarse al lado y ponerse al nivel del otro, en este caso al mío ¡¡¡¡Gracias Ana!!!! A medida que vamos bajando el día va abriendo y nos regala espectaculares vistas.
Por fin llegamos abajo, fotos, risas y satisfacción por haber superado semejante río de piedras y con el ojo puesto en el restaurante "Collado de la Sagra" en el que nos esperaba una suculenta comida, que iba a ser regada con buenos vinos y culminada con excelentes postres.
Llegamos a los coches, y los más previsores, procedieron a los cambios de "ropa de gala" como requería el lugar donde íbamos a reponer las calorías perdidas.
Alrededor de las cinco de la tarde salimos del restaurante dirección Granada, hicimos parada en las Secuoyas, con una tarde espectacular con una luz limpia y un cielo azul sin una nube, veíamos la Sagra desde abajo que seguía cubierta de nubes.
Vuelta en Granada donde aún me sigo reponiendo de las agujetas.
Antonia