Crónica del cresteo por el Calar de Haza Santa y Majalijar.
En resumen, el verbo, que es don de Dios, enciende las neuronas y genera la realidad; un itinerario fantástico como este pinar por el que ahora caminamos conversando animadamente rumbo al Cortijo de Linillos.
Lo dejamos a la derecha para, llegados a una cañada real, proseguir hacia el nacimiento del Arroyo Bermejo, que discurre, a nuestra izquierda, hacia el Peñón de la Mata, que divisamos al fondo del valle. Solo cinco personas, cinco mulhaceneros hemos pedido una tegua mañanera a este día de luz irreal. Pero como dice Celestina: ¡Oh buena fortuna, cómo ayudas a los osados y a los tímidos eres contraria!.
Somos, los convocantes: Miguel Parejo e Isa, y además, Ana, Jesús y el que esto cuenta, Pablo Cano.
Pues con esta confianza, situados en la falda del macizo calizo, comenzamos a trepar conducidos con maestría por Miguel, que hace bueno el refrán que dice que " es más cierto médico el experimentado que el letrado", por un "colador" ( mejor que "sumidero") que nos encarama rápidamente cerca del Peñon de la Higuera (1547m).
Es un buen mirador natural hacia el valle del Arroyo Bermejo, en el centro el Cortijo de Carialfaquí. Hacia el Sur: Orduña; hacia el Norte: Sierra Nevada, tapada por las grises nubes. Continuamos, pues nuestro propósito es "hacer cima" en el Majalijar(1861), la mayor altura del pequeño mazizo. Asi que, tras las fotos de rigor, miramos a nuestra derecha e iniciamos el "cresteo", la coreografía que mejor ejecuta Miguel y Ana interpreta con presteza. Visitamos el Peñon del Jorobado(1554m) y seguidamente, tras emocionante trepada "vertical" el hermoso Calar de Haza Santa y sus peculiares "dolinas". Por último, finalizamos este entretenido paseo en la cima del Majalijar, de 1861m. En este punto, después de las fotos de recuerdo , Ana propone una parada técnica para comer algo. Pero, don Día da por finalizada la tregua concedida como confirman unas gráciles vacas "moruchas" que burlonas abandonan raudas el paraje.
La espesa niebla que ya tapa el valle sube veloz y precipitadamente, nos expulsa del paraíso feraz, empujándonos hacia el Peñón de la Era(1628m), aunque antes de llegar a éste bajamos campo a través, paraguas abiertos, al encuentro de una fuente-abrevadero sita ya en la senda tradicional de ascenso al pico. Transitamos por la vereda entre un tupido encinar, que en su parte inferior atraviesa algunos aclarados del monte, antiguos campos de cereales y patatas hoy abandonados. Un poco más abajo, interceptamos la conocida Acequia del Fardes, sin agua, semiderruida en algún tramo, sin la utilidad y esplendor que mostraba hasta no hace tanto. Giramos hacia la derecha y la seguimos durante media hora larga hasta que dividamos el vehículo.
Terminamos esta buena jornada en la taberna de Prado Negro degustando viandas selectas y un exquisito "caldo" del Somontano de curioso nombre: "Glárima".
Mientras afuera descarga la tormenta.