Este domingo 6 de marzo nos tocó guiar una salida montañera por la sierra de Castril a petición de la señora presidenta: Al Pico del Buitre, por aquello de conocer sitios nuevos. Eah... allá que nos fuimos solo 4 valientes, Ana, Carmen, Guillermo y yo. Se ve que el viaje, un poco largo, no apetece mucho al grupo mulhacenero. ¡Por una vez que organizamos una excursión tirando a floja....!
Durante el viaje de ida un tira y afloja de que por aquí es más rápido que no que es por allí...pero como conduce Guillermo pues vamos por donde él quiere. Y con estos tiras y aflojas nos vamos acercando a Castril y para nuestra sorpresa la sierra aparece con una capita blanca que nos hace sospechar que tendremos más nieve de la esperada, que era ninguna.
El carril de subida hasta el collado del Laude, 1320 metros de altitud (más o menos) está algo cubierto de nieve... pero con tranquilidad y maestría subimos. La alegría va en aumento conforme nos acercamos pues el paisaje esta precioso con ese leve manto blanco. Y así de felices al ver la maravillosa excursión que se presenta aparcamos y nos preparamos para salir. El recorrido casi circular es de unos 11 km. aproximadamente y el desnivel 800 mts. acumulados. Ya en circunstancias normales es un recorrido bonito y sin dificultad, pero con la nieve recién caída ha sido espectacular, como podéis ver en las fotos. El ambiente se volvió algo invernal conforme nos acercamos a la cima, las nubes iban y venían y tuvimos algo de viento. Pero esto en lugar de amilanarnos nos alegraba e hizo que disfrutáramos todo el tiempo (serían las ganas de nieve de este invierno tan atípico). El Buitre tiene 2020 mts de altura, foto y para el refugio donde Guillermo nos deleitó con un café calentito y unas ricas pastas, por supuesto no podía faltar el clásico chocolate suizo hecho en Francia. Y vuelta al coche que ya huele a cerveza...
Lo que propusimos como una bonita excursión casi primaveral y sin dificultades se nos presentó totalmente distinta, fue un magnifico día casi invernal con una nieve polvo recién caída y gustosa que nos permitió disfrutar como niños.
Y hasta aquí llega esta crónica, a los que estabais interesados y no pudisteis venir ya os llevaremos en otra ocasión y a los que por alguna circunstancia no la programasteis también.
Conchi Ortega