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CRÓNICA DE LA EXCURSIÓN AL PICO BERMEJO EN LA SIERRA DE LA HORCONERA.

El domingo 4 de diciembre amaneció gris plomo, pero 6 mulhaceneros: Paco Bédmar. Mara, Carmen Car, Paloma, Kika y el que escribe, ¡confiados!, en los pronósticos “profesionales” que Ana había consultado

; - ¡llevad gafas de sol y bikini!, recomendaba, partimos de Granada a las ocho bajo una fina lluvia, hacia la Sierra de La Horconera, encuadrada en el Parque Natural de las Sierras Subbéticas Cordobesas (164.000 hectáreas). Nuestro objetivo hoy es ascender al Pico Bermejo (1474 mts), puesto que a La Tiñosa (1568 mts), atalaya de Andalucía, y cima del parque, ya se subido en ocasiones precedentes. Durante el itinerario por la Carretera de Córdoba (n-342), el limpiaparabrisas no descansa, el día permanece agazapado entre campos soñolientos, y el Castillo de la Mota, Almedinilla o Priego ,ceñidos por la espesa niebla, presentan una estampa casi invernal.

Tras hora y quince minutos, sobrepasamos Priego, tomando allí una comarcal rumbo a Los Villares. Antes de llegar a la población, en un cruce a la izquierda, detenemos los vehículos, y hacia las 9’38, iniciamos la excursión, paragüas en mano, atravesando de inmediato el Cortijo del Puerto del Cerezo (850 mts), donde el mozo encargado “aplaude” nuestra osadía. Transitamos por un paraje que cautiva el ánimo. Lo flanquean (a izquierda) los murallones calizos de La Sierra de Alhucema (1391 mts) y ( a derecha) las estribaciones dolomíticas del Pico Bermejo. Se asoman al camino, algunas encinas grandes, junto al Arroyo del Puerto. Éste aparece “iluminado” por los álamos encendidos y los dorados membrillos, que perfuman de fragancia todo el valle. Sin embargo, ¡tozuda realidad!, el “ididio” se diluye al instante, cuando comienza a llover. ¡ Contrariados! por la incertidunbre, dirigimos los paragüas hacia Ana, mientras canturreamos con guasa: - si, si, la ventana... la ventana de ... Y – Me ¡ ...!,en la ventana.

Según vamos tomando altura, se perfila en el horizonte la parábola perfecta del collado al que nos dirigimos. Pero, aun en el tramo medio, - cuando la lluvia cesa- nos demoramos brevemente, para comtenplar un precioso cuadro otoñal. Los tonos rojizos de las cornicabras y ocres de “ majoletos”, arces y quejigos contrastan con el oscuro verdor de las encinas, al pié de la grisácea pared caliza.
El carril, que enlaza ahora varias curvas, para superar la altura, atraviesa, de cuando en cuando, manchas de encinar autóctono, que aquí forma un microclima nemoral, húmedo y fresco, donde rocas y árboles aparecen tapizados de diversos musgos y líquenes glaucos, y las trepadoras “ clematis” y hiedras tejen su enmarañada red vegetal.

A las doce, llegamos al Puerto del Cerezo (1301 mts), que delimitan ( al Este) los paredones de la Loma de las Chozas (1453 mts) de la Sierra de Alhucema, y ( al Oeste) las crestas dolomíticas que anteceden al Pico Bermejo. Ofrece una exigua pradera, en la que pacen 7 mulos, donde realizamos la primera parada formal.

El día entreabre sus celajes, y la lluvia parece que nos concederá la tregua deseada, asi que, decididos, comenzamos el ascenso, cambiando a rumbo norte-oeste.

Superamos el desnivel de 175 metros en unos veinte minutos, encaramándonos a las primeras crestillas, que vamos salvando, a derecha o izquierda, mientras disfrutamos de las vistas parciales de las sierras circundantes, entre nubes. Pero, ahora, cuando ya entrevemos el Pico Bermejo, sobreviene la única vicisitud de la jornada. Tenemos que decidir, entre seguir por este tobogán “peinando crestas”, o, bajar – a la izquierda- un empinado canuto pedregoso, algo expuesto, pero, que intercepta la senda que se dirige al pico. La mayoría,¡ por comodidad! tomamos esta segunda opción, que comanda Ana, Sin embargo, Paco se “permite el lujo” de disfrutar de su “miniaventura” en solitario; lo citamos en la cima.

Con precaución, pero, sin mucha dificultad, salvo para “algunas” “en baja forma”, bajamos el canuto y abordamos por la senda “cabrera” el último tramo al Pico Bermejo (1474 mts) que hollamos sobre las 1’45.

Mientras esperamos a Paco para comer, nos hacemos las fotos en el vértice geodésico, y comtemplamos las sierras y montañas que Ana va “topografiando”.

- ¡Mirad, allí a lo lejos se distingue El Chamizo!, o,

- Si mirais hacia allí se ven La Pandera y la Sierra Sur de Jaén...

Frente a nosotros, sobre la Sierra de Alhucemas se alza, entre la niebla, La Tiñosa (1568 mts) . Hacia el oeste, fugazmente, aparece la lámina plateada del embalse de Iznájar que ocultan al instante las nubes “dieciochescas” que “acarician” la cadena que lo antecede. También abajo, distinguimos la Sierra de Pollos o de Jaula y los pueblos de Carcabuey y Priego de Córdoba......

Cuando llega Paco, damos cuenta de nuestros víveres, bota en mano, “felices” por lo conseguido, dados los presagios y amenazas de la mañana. El postre es un excepcional chocolate “suizo” que degustamos, al tiempo que hacemos las últimas fotos, para despedirnos del Pico Bermejo. Iniciamos el regreso, desandando el camino , resultando, el tramo del canuto, más sencillo, porque ahora es en ascenso. Seguidamente, atravesamos también las crestillas matutinas e iniciamos el descenso al collado del Puerto del Cerezo, que pisamos sobre las cuatro de la tarde. Desde aquí, sin pausa, tomanos el carril, que bajando, serpea por el encinar, mientras Mara afirma, vehemente, (dadas las fiestas venideras) que “Navidad” es tal día como hoy, puesto que un grupo de amigos estamos disfrutando del privilegio de una jornada especial, en la que, como en la vida, la contingencia se “combate” con buenas dosis de convicción y paciencia. Salimos del “pathos”en la cuneta del camino, cuando Mara, Paloma y Carmen, “abducidas” por su “energía telúrica”, rodean con los brazos una matriarcal encina centenaria. A continuación, el carril dibuja varias curvas de herradura, que despachamos “trochando” en diagonal, descubriendo de paso algunas de las setas de fama en la comarca ( Museo Micológico “La Trufa”). Caminamos reagrupados hasta las inmediaciones del Cortijo del Puerto del Cerezo, amenizados por la melodía “coral” del Ave María ( Schubert, Otto Fisch, Luis Tomás de Victoria) que Mara entona con inspirada “profesionalidad”. Entonces, ¡sin señal convenida!, nos detenemos junto al arroyo, atraídos por un membrillo que “nos brinda” sus fragantes frutos dorados. Con las mochilas llenas de oro frugal, atravesamos el cortijo, donde el muchacho encargado, mientras pone el pienso a las cabras, nos “filosofa” su particular Carpe Diem.

Completamos la jornada, paseando por Priego (12676 seres) cuna de Niceto Alcalá Zamora ( 1877-1949) Presidente de la República (1931-1936). Visitamos, en primer lugar, la Fuente de la Salud (s.XVI) y la monumental Fuente del Rey ( XIX) obra del escultor priegense neoclásico José Álvarez Cubero ( 1768-1827). Paseamos a continuación, por el morisco Barrio de la Villa y su Balcón del Adarve, y admiramos el barroco cordobés de las iglesias que van saliendo al paso, como la de La Asunción y la del Carmen. El atardecer y la lluvia ponen fin al paseo, poniendo el broche que merece esta inolvidable jornada los cafés y pasteles que nos tomamos en una vestusta cafetería.

Nuestro agradecimiento a Ana, que organizó, y dirigió ¡con buen tino! la excursión y a Kika y Carmen, también, que nos llevaron ... y trajeron de vuelta, para poder contarlo.

 

VER REPORTAJE FOTOGRÁFICO COMPLETO.- AUTOR: PABLO CANO

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