CRONICA DE LA EXCURSIÓN AL PICO DEL CIELO
El domingo o5-o3-2017 ascendimos al Cielo (1508 mts) en la Sierra de La Almijara, de la mano de Arielle y Enric, nuestros guías expertos, y de Mariló, “hija adoptiva” de estos parajes de encrucijada y frontera
. Sobre el papel, la excursión no presenta ¡más dificultad¡ que la de ascender 1200 mts en poco más de 6 kms, pero, como relata Mariló que le “soltó” un sabio fontanero, para evitarse más explicaciones:-¡ No se preocupe Señora!, que como dicen “¡ según sea el sapo, “asín” será la “pedrá!”. Pues nosotros igual, hemos venido “sin guión” y muy buena voluntad, no a “castigarnos”, sino “a echar un buen rato con los amigos” y ¡ “ aprender de orquídeas silvestres”! con Enric. A las 8’10, en dos vehículos, salimos de Granada hacia la Cueva de Nerja; nuestro punto de encuentro. Kika, Ana, Carmen y el que escribe viajamos en uno, mientras que, Mariló acompaña a Pilar y Ramón, en el otro. Arielle y Enric y “ los Ordoñez”, Luis y Antonia acuden a la cita desde la costa granadina. Sobre las 9’00, tras abandonar la Autovía del Mediterráneo (A 15/E 17), salida 295; Maro- Cueva de Nerja, nos reagrupamos en el aparcamiento del complejo turístico, y ya en convoy, proseguimos por la pista que, subiendo por el Barraco de la Coladilla, conduce a la Fuente del Esparto ( antiguo lavadero de mineral; 5 kms), que antes atraviesa el Área recreativa de El Pinarillo. Nosotros detenemos los coches a dos kms de ésta, en una curva hacia la izquierda, y frente al cartel que indica el comienzo del sendero ( 333 mts). Sobre las 9’37, comenzamos a caminar, internádonos en el Barranco de Romero, por una pista – que finaliza en el Cortijo de la Civila o Sibila (748 mts)- que vamos combinando con el empinado sendero que toma altura por el pinar de repoblación de pino carrasco (pinus halepensis), y que propicia un rico sotobosque de arbustos y matorral mediterráneo, donde conviven con el boj ( buxus balearica), el lentisco, enebro/cada, el espino negro, el cambrón, romero, aulaga y jaras “blanca” y “romerillo” el palmito (chamaerops humilis) y los algarrobos (ceratonia siliqua), que evidencian la cercanía del litoral. Aún muy lejano, sobresaliendo por la derecha del Cerro Molinero, se eleva, soberbio, el Pico del Cielo (1508 mts).
Mientras que Enric nos va descubriendo las distintas clases de orquídeas que florecen en en las cunetas, bordes del sendero y pradillos, como las “abejeras”: ophris; lutea, speculo, tentrendinífera, fusca o “apífera”; comunes y abundantes, frente a las discteras genaria diphilla – exclusiva y amenazada- o himanthoglossum hircinum (gran tamaño), Luis, “profesional” pertrechado de cámaras fotográficas,objetivos varios, trípode...se arrodilla, retuerce o arrastra para ir registrando esta excepcional muestra de la flora almijárica. Pero la demora provoca que el grupo transite escindido, hasta tal punto que, cuando los de cabeza (Ana, Pilar, Ramón, Carmen ... sobrepasan el Tajo de los Bueyes(611 mts), y poco después llegan al Collado de Romero (724 mts) se ven obligados a esperar a los “turistas botánicos” bajo la fresca sombra de un algarrobo. Una vez reagrupados, avanzamos un trecho por la pista, hasta que ésta se extingue junto al Cortijo de la Civila. Por la derecha, viene un sendero desde el Cortijo Almachares, lo tomamos y seguimos ascendiendo en zig -zag por el pinar, ahora aclarado, donde ¡milagrosamente! reaparecen coscojas, quejigos y encinas del bosque primigenio. Enric y Luis, sin objetivos “macro” lideran el grupo, imponen un ritmo vivo, - alcanzando incluso a los senderistas que nos anteceden, y que comanda - ¡sorpresa!,¡ Qué alegria!- nuestra Mara- hasta que, llegados a un promontorio por encima de 1000 mts, nos detenemos para disfrutar de una panorámica grandiosa. “A nuestros pies” los arroyos de Sanguino y Colmenarejos forman profundos barrancos que se precipitan hacia Maro. En la costa, hacia el este se extiende el Parque Natural de los Acantilados de Maro y Cerro Gordo y se dibujan los perfiles reconocibles del Cerro Torre de la Caleta, Cañuelo, Cantarriján, la Herradura y Punta de la Mona y demás perfiles de la costa granadina. Hacia el oeste “¡tocamos! Nerja y la costa de La Axarquía (Torrox, Algarrobo, Torre del Mar ...) que entre nubes remata Málaga. Pero no todo es idilio poético, hacia el interior colonizan , como cáncer sin remedio, lomas y barracos desnudos de la sierra, pequeñas casitas blancas. Proseguimos la marcha los dos grupos mezclados por la cuerda de la Cuesta del Cielo, las nubes cubren las cumbres cimeras de Sierra Tejeda y Almijara, privándonos del “ espectáculo completo” , a cambio, la temperatura, ideal, y la ausencia del viento “enemigo” propician el avance por esta cuerda desprovista hacia el pico, que piramidal se recorta contra el cielo. Hacia las una, nos situamos en la falda del pico. Paramos a reponer fuerzas, bebiendo algo y tomando alguna pieza de fruta, que completamos con algunas “exquisiteces gourmet”, mientras preparamos el ánimo para acometer los últimos 200 metros, con la leyenda de ser los más duros, dada la gran pendiente y “piso suelto”. Iniciamos la subida final en dirección sur- norte, por el flanco oeste (iquierda del pico), cada cual según condiciones, de modo individual, parejas o tríos, y en una “orquilla” de 40 minutos todos “nos retratamos” junto a la cruz. Se adelanta con ¡insultante facilidad! Mariló que interpreta, como levitando, su particular idilio con estas sierras. Otra avanzadilla compuesta por Enric, Antonia y Luis, Carmen, y poco depués, también Pilar y Ramón disfrutamos de las hermosas vistas, mientras esperamos al resto de los expedicionarios para comer. La cruz, robusta, con adornos de forja, conserva por el frente algunos cristales de espejo, que el mito o sabiduría popular, ¡muy mezclados por aquí! , conceden utilidad como guía de los marineros y pescadores locales. Las cimas señeras de las sierras Tejeda y Almijara: Maroma (2068 mts), Malascamas (1792 mts), Lucero ( 1779 mts), o Navachica (1830 mts) permanecen tomados por grisáceos nubarrones, aunque por detrás aparece ¡ fugaz! Sierra Nevada. Mirando hacia el Oeste, sobresale por detrás de La Maceta, El Almendrón (1513 mts) y un poco más lejos, coronando la Sierra de Enmedio, el Cisne (1484 mts). Mariló, vehemente, al tiempo que proyecta e imagina nuevas excursiones por estas sierras, pide que la acompañemos. De momento, nos sentamos a comer, y orientamos nuestra vista hacia la costa, de la que tenemos una panorámica completa del Parque Natural de los Acantilados de Maro- Cerro Gordo, donde, ¡pequeñísimos! ,grandes barcos dibujan su estela sobre los azules marinos. Nos acompaña Mara, que bromeando dice haber sido burlada por el confuso enredo que generan las redes sociales, razón por la que ha organizado esta excursión paralela con, ¡graciosa coincidencia!, idéntico destino. Sobre las tres de la tarde, tras las últimas fotos de recuerdo, abandonamos el Cielo, desandando la Cuesta del Cielo, hasta la cota de 1470 mts, para desde allí, girando más al oeste completar un itinerario circular, bajando, guiados por Arielle y Enric, campo a través, una larga loma con algún pino resinero (p. pinaster) que va dando vista al Barranco de la Higuera, - donde vierten el del Rey y el de los Cazadores- y que termina en la Cuesta de la Media Luna. Finalmente, el sendero que discurre frente a las cárcavas del Cerro de la Maceta, desenboca en el cauce seco del Barranco de la Coladilla, que mezcla las adelfas, gandules, retamas bojes, lentiscos y gayombas de ribera con pinos y eucaliptos de repoblación, y en cuyas paredes son visibles numerosas cuevas y abrigos de pastores, en otro tiempo también “residencia” habitual de héroes populares tales como bandoleros, contrabandistas y maquis. Siguiendo el cauce, salimos en breve al carril, que sube a la derecha a la Fuente del Esparto. Nosotros, al contrario, giramos hacia la izquierda, y “bajamos” al Área Recreativa de El Pinarillo. Allí, Enric, en una praderilla seca, nos muestra la “joya” botánica que faltaba, y sin más dilación, ¡casi como por inercia! recorremos hasta el cruce, donde aparcamos los vehículos, los últimos dos kilómetros. En total unos 15 kilómetos en unas ocho horas totales de las que al menos cinco y pico han sido andando. En el restaurante de la Cueva de Nerja, donde tienen la cortesía de atendernos, celebramos esta estupenda jornada, brindando con unas cervecillas.
