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CRÓNICA DE LA EXCURSIÓN , SIERRA DE LÚJAR- LAGOS.

El sábado 25 de noviembre Jesús “el Pollúo” nos esperaba en Lagos a las 9’00 con una propuesta actualizada de la subida a los Pelaos (1844 mts)

en la Sierra de Lújar, fruto de un mayor conocimiento documental, “pateo particular” y oportuno apoyo tecnológico.

Jesús González, Carmen y el que escribe salimos a las 8’00 del Serrallo rumbo a Motril, mientras que desde la “Lancha” Guillermo “el bestiajo”, Conchi y Antonia, comunican , vía móvil, que se incorporan al “evento”. ¡Bien! ¡ De Lujo!.

Abandonamos la autovía en la salida 180, incorporándonos a la GR-5208, que discurre con buen firme, entre pinos carrascos, por la loma de la Gorgoracha, hasta la planta de reciclaje RSU. Desde ahí, piso irregular y panorama desangelado hasta el destino. A las 9’00, puntuales, nos recibe “el Pollúo” en este pueblo escondido en la falda sur de la Sierra de Lújar, de pasado minero ( Mina de Peñón Negro, Mina de los Dolores, Mina de la Soltera, Mina de la Paloma, Mina de los Catorce; plomo), bajo el monumento a la Cabra Montés. Conocemos los detalles de su propuesta ¡ radikal!, en el bar de “la mala sombra”. En resumen, consiste en ascender el llamado “Cordel del Cerro de Las Monjas” más allá del Mojón ( o Morrón) de Lújar (1650 mts), superando, en apenas 4 kms., un “paredón” de 1000 mts. ¡Fuerza y Paciencia!.

Iniciamos la ruta a las 9’20, tomando el sendero, PR, marcado en las rocas, que, desplazándose hacia la derecha, conduce al vecino pueblo de Lújar, antes coincide un tramo con el “ Cordel de la Fuente de la Higuera”. A las 9’35, obedeciendo al GPS, abandonamos ese rumbo, para encarar, campo a través, la subida del Cordel del Cerro de las Monjas, que conecta, a través de la Cañada Real del Conjuro, con la costa motrileña, y también, hacia arriba, visibles, con las minas de Los Dolores, ya en la Rambla de Lújar. En este primer tramo, Jesús “el Guía” y el Bestiajo ¡marcan el ritmo!, que los demás, callados, seguimos ¡axfisiados! Intentando esquivar el masaje “aulagero”, que junto con tomillos, romeros o espartos conforman este “monte bajo”, otrora cubierto de encinas. Ese ritmo ¡vivo!, sin apenas paradas, favorece que la subida cunda, orientándonos, los que tomamos la cabeza ocasionalmente, por los barrotes negros que señalan la divisoria administrativa (Lagos- Lújar), y el “pastoreo” atento del “Pollúo”. Salvamos varios escarpes rocosos frente al Barranco de las Carigüelas, y ….¡se obra el milagro!, pues, hacia las 11’00 sobrepasamos el Mojón de Lújar ( 1650 mts). Habiendo superado ya el tramo más exigente, disfrutamos brevemente de buenas panorámicas de la Costa motrileña, Salobreña y Almuñécar, hacia el oeste, mientras que del otro lado, separados por el “Cordel” que atraviesa la Sierra de Jaral, -donde se ha instalado un parque eólico -, el malogrado alcornocal renegrido, y en la falda, la pedanía de Don Carlos, atalaya de Castell, Costa de Lújar etc.

A continuación, con la moral ¡por las nubes!, terminamos de subir el frontal, entrando en una semiplanicie calcárea amesetada, donde varía la cobertura vegetal, rastrera y almohadillada, formada por “piornos” como el “cojín de monja o asiento de pastor” o el “piorno de crucecitas”, chaparros y algunos pinos silvestres “daleados” por la nieve y el viento. Vamos cruzando en ascenso la llanada de Los Pelaos, nevada, apunta Jesús, en la anterior visita, nos “inmortalizamos!, en el vértice geodésico, Lújar II (1810 mts), según el MTN25,1056-I, Vélez de Benaudalla, y, con rumbo noroeste nos dirigimos hacia “las antenas”de TV y el pico Pelaos (1844 mts), aunque, finalmente, a unos 200 mts de las susodichas, como ya son las 12’15, nos detenemos a almorzar.

Hacia la costa, las vistas son parecidas, pero el mar de plásticos entre Don Carlos y Castell, atravesado por la comarcal, semeja un ala delta gigante listo para el despegue. Nos giramos hacia el norte, donde se enseñorea Sierra Nevada, desde el Caballo, hasta el Mulhacén, y en su falda, algunos pueblos de La Alpujarra. Pueden apreciarse Cañar y Soportújar, separados por el Río Chico, Capileira, en el Poqueira, destacándose Órjiva, en el fondo del valle, ribera del Guadalfeo.

El breve almuerzo transcurre ¡movidillo!, dado que nada ni nadie escapa de las bromas del “Bestiajo”, ….¡Que ha venido refrenándose para no faltar!, dice. El Guía, sin embargo, conforme con el trazado de la ruta elegida hasta aquí, es más indulgente con las “prestaciones” del equipo, al menos, ¡disciplinado! alava. Los postres, ¡ sin chocolate suizo!, carece de swing, así que Jesús “el Pollúo” y el “Bestiajo” ¡encieden motores!. En dirección suroeste, rodeamos la planicie, con la intención de completar un itinerario circular, por un carril ciclable, ( Jesús lo ha subido) que procedente de Órgiva recorre las minas de la zona, y donde medran con fortuna, pinos silvestres de repoblación y buenas manchas del encinar autóctono. Muere el carril terrero junto al Peñón Comerano (1619 mts), pero, lo abandonamos antes, junto a un hito, asomados al Mediterráneo, cuando comienza el Barranco de Lagos, un canchal ¡imposible!,con siete “bocas” movedizas,¡practicable y divertido! según el Guía. Nos convence, el truco consiste en descender con decisión, como si bajaras al trote las escaleras mecánicas del supermercado, pero ¡clavando los talones!. El mismo Jesús, nos hace una demostración del estilo “zancadas de gigante de cuento” y el “bestiajo”, inspirado, de su fórmula ¡eslalon sobre piedras! – hay videos-. La realidad es más de pesadilla, pues, pareces deslizarte por una cinta transportadora, en movimiento perpetuo, repleta de de grava y piedras trampa, que, a veces, se convierten en inesperadas ¡cáscaras de plátano!.

Jesús González, Carmen y Antonia bajan sin mayores incidentes, yo, ¡torpón!, los persigo, cámara en mano, ¡arrojándoles piedras!, más arriba, el “bestiajo,”apoyado por el guía diligente, abre camino a la esforzada Conchi. Tras 45’00 minutos de machacante descenso, a las 14’30, llegamos a una cueva amplia, abrigo de pastores y cabras, con el mar en lontananza, donde reponemos fuerzas. Nos queda un ¡empujoncillo!, hasta Lagos, así que abandonamos el barranco, que se encajona, y el “pollúo”, GPS, en mano, pone rumbo al pueblo, campo a través, que, en efecto, reaparece enseguida. Una boca de mina derruida y algunos campos resecos y abandonados de olivos y almendros preceden al sendero que interceptamos, el de la mañana. Sobre las 16’00, ya acicalados en la fuente de la plaza, entramos en el bar, ¡aleccionados por Jesús!, a comer algo. El “jefe” ,que lo gobierna a su arbitrio, ofrece lo que tiene, cuando puede y quiere; garbanzos con callos y … ¡más garbanzos!, con hinojos, en raciones generosas, que hoy son ¡caviar ruso!. Brindamos con nuestras cervezas frías por Jesús, tan competente y preparado y su excursión “de autor” de 6’33 horas, 12’44 kms y 1181 mts de desnivel salvado, que, satisfecho por lo deparado, nos emplaza a compartir futuros proyectos. Salimos del bar, despidiéndonos de los parroquianos de las mesas contigüas, un grupo de amigos cazadores, sin suerte en la jornada. Y nos volvemos para Granada.

  

VER ALBUM FOTOGRÁFICO COMPLETO: AUTOR: Pablo Cano

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