El domingo 17 de diciembre Ana nos obsequió con la segunda subida al pico del Chamizo (1641 mts), en la malagueña Sierra de Camorolos o Camarolos (mapa), en cuya falda se asienta Villanueva de Rosario.
Hacia allí nos dirigimos, en dos vehículos, los 8 mulhaceneros que, puntuales, hemos partido a las 8’15 del Serrallo. Manuel lleva a Guillermo, Conchi y Mara. Ana, comandando el convoy, aloja a Cristina, Enrique y el que escribe.
Sobre las 9’20 entramos en el pueblo, y, aunque una señal confusa nos obliga a un callejeo absurdo, no puede con la pericia “albaicinera” de Ana. Por fin, situados en el carril de la Dehesa del Hondonero, subimos hasta el mirador y Alto del Hondonero (1230 mts) donde aparcamos, para comenzar la excursión hacia las 9’50. Con mucho frío (- 3º), vamos rodeando la umbría de la Sierra del Jobo, en dirección sureste, subiendo por la resbaladiza senda, endurecida por la escarcha. Ésta entre arces, espinos (albar) y quejigos (quer.,rotundifolia), remonta, pegada a un vallado, hasta un collado con vistas parciales de Alfarnate. En este punto, giramos hacia el suroeste (derecha) ascendiendo un costrón calizo que deviene en pedregal, que primero nos encarama a una repisa, con espinos albares y atractivas vistas, -(aquí paramos el año anterior.)- subiendo, a continuación a la cuerda, desde la que se divisa, lejano, el vértice del Chamizo (1641 mts). Sin más dilación, iniciamos el “ cresteo” por la aristada caliza, destrozada y agujereada como un queso por la nieve y el hielo, sobre la que, solamente, Ana camina o salta, manteniendo el equilibrio, y ¡ prodigio!, con las manos en los bolsillos. Sobre las 11’30, Ana, seguida por Mara, Cristina y Enrique “trepan” al vértice del Chamizo, y tras la inevitables instantáneas, nos detenemos durante 25 minutos, descansando y disfrutando de las vistas de privilegio de la Axarquía, Sierra Tejeda, Pantano de la Viñuela, Sierra Nevada y Sierras de Málaga. Abajo, “a nuestros pies” se destacan Alfarnate y Alfarnatejo y el peculiar Tajo de Gomer (1229 mts). Sobre las 12’00, comenzamos el descenso siguiendo unos hitos de piedra, que nos van conduciendo hacia la cara sur del pico, y que en zig-zag bajan, en 40 minutos, al Puerto de los Perdigones 1382 mts). Atravesamos, a continuación, en sentido longitudinal, la Sierra de Camorolos/Camarolos por una navazuela alta, aprovechada para el pasto de ovinos, con ejemplares diseminados, pero notables, de espinos albares y quejigos.
Un “locus amoenus” tan idílico merece, sin duda, una parada, y no tanto por necesidad nutricia, como por capricho terapéutico; en consecuencia, aunque con la ¡ protesta! , del bestiajo, nos detemos a almorzar, ¡Mara vincit!. Brindamos con cava por las venideras fiestas navideñas, y, sin parar de reir con el “ repertorio cómico” del bestiajo, disfrutamos, a los postres, del chocolate “gourmet” de Ana.
Iniciamos el regreso, bajando un estrechamiento, que, tras cruzar una puerta en la cerca del ganado, se abre al valle principal. Allí interceptamos la vereda del Camino de Riogordo, que asciende desde la Dehesa, bajándola con precaución, pero disfrutando, al tiempo, del entorno por la que discurre, un quejigal –aceral “atrapado” por el musgo “decorado” con peñascos tapizados de hiedras y madreselvas. Nos detenemos, un instante, en una somera praderilla que preside una “artística” fuente de ganado (abrevadero) de tres vanos, con el agua helada; el bestiajo nos muestra una placa casi completa. Seguimos descendiendo el bosquete, pero, frente al Peñón de los Becerros (1101 mts) la senda se bifurca. Tomamos el ramal, que girando a la derecha, atraviesa un pinar, que, en subida, nos conduce al Mirador, al que llegamos sobre las 3’00. Hemos completado el itinerario en unas cinco horas y recorrido unos 8’32 kms. Dando la bienvenida a Cristina y celebrando esta ¡inolvidable experiencia!, cerramos la jornada brindando en el bar de “ Los Mellizos” en Villanueva del Rosario.
Muchas gracias a Ana, la mejor guía.
VER REPORTAJE FOTOGRÁFICO COMPLETO.- AUTOR: Pablo Cano