CRÓNICA DEL PICO DE MÁGINA I.
…¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero…
de Soledades (1907); Antonio Machado.
El profesor no solo, ni quizá principalmente, enseña con sus meros conocimientos científicos, sino con el arte persuasivo de su ascendiente sobre quienes le atienden: debe ser capaz de seducir sin hipnotizar.
El valor de educar (1997); Fernando Sabater.
El domingo 7 de abril pretendimos ascender al techo de Jaén, el Pico Mágina (2165/7 mts), en el Parque Natural de Sierra Mágina (1989), bajo la “docencia”y guía de Pilar y Ramón, que “defendieron” la cita ¡burlándose! del “apocalipsis anunciado”. Pero, por tal motivo, solo 13, ¡confiados ilusos!: Pilar, Ramón, Luis Quesada, Mara, Kika, Antonia, Alicia, Mª Ángeles, Antonio Morell, Ana Quintana, Conchi, Carmen y el cronista; ¡mulhaceneros todos! -lamentando, eso sí, las bajas por enfermedad de Teresa y Miguel, y la sobrevenida de Ana “presi”- partimos del Serrallo hacia el Centro de Visitantes de Mata-Bejid, en Cambil. En la A-44,E-902 (ctra.jaen) la ¡Humedad residual! “percutió”, sin descanso, en los parabrisas de los tres vehículos del convoy, pero llegados al Oasis; restaurante, cuando tomábamos la A- 324 rumbo a Cambil y Huelma, fue evolucionando a llovizna primaveral. A unos 7 kms de Cambil, sobrepasada la aldea de Mata- Bejid, ¡arribamos! al Centro de Visitantes. Sobre las 9’30, tras la foto, comenzamos la excursión, cruzando la extensa alameda “ajardinada” del Área Recreativa de El Peralejo. Seguidamente, salimos a la pista, en el cruce con el camino del Cortijo de El Peralejo, que ignoramos, para caminar durante 1’5 kms bajo un espléndido encinar autóctono. A las 10’00, siguiendo a Pilar y Ramón, abandonamos el camino, accediendo, a continuación, al sendero de ascenso “directo” al Pico Mágina. Nos despojamos de los abrigos, a tal fin, pero nos protegemos con material impermeable vario de la lloviznilla, que aún nos acompaña. Por fortuna, ¡la situación mejora! Sobre los 1500 mts, cuando la senda da vistas a las faldas de La Serrezuela (1966 mts), porque, al ¡agua divina! y al viento, - que silbaba y entremetía en el pinar “carrasco”-, sucede una ¡beatífica! nevada, que, ¡al instante! “tapiza” la sierra de inmaculado blancor. En una hora, el sendero desemboca en el carril forestal, que tras un collado cruza una somera planicie alpina, donde se ubica el aprisco de la Cañada de las Cruces con su pozo y abrevadero para el ganado. No recordaban, cuentan Pilar, Ramón y Luis Qu., haber disfrutado de este paraje de espinos, arces y quejigos dispersos, con tal cantidad de nieve virgen, donde zorros y perdices “dibujan” el relato silvestre.
Sobre las 12’20, la pista deviene en empinado senderillo alpino. Ramón, “el arúspice”, hace un alto, porque como el ¡“corazón” le pide subir al pico!, nos advierte de que, probablemente, la nieve acumulada dificultarán sobremanera la marcha. ¡Pleno!, aunque avanzamos 10 minutos entre “los laricios” asilvestrados, el Barranco de las Covatillas, que “nace” en el Collado del Puerto de las Megas,- en la cabecera del “mítico” Gargantón-, nos tiende la “nívea” celada, que nos fuerza a tornar a la ¡fastidiosa realidad pedestre!, esto es, la ¡deseada!, vuelta anunciada. El regreso es lineal, y como la tardía tregua persiste, oficiamos el almuerzo antes de iniciar el descenso de la senda que nos conducirá al Centro de Visitantes de Mata-Bejid. El “tercer tiempo”, en Cambil sirve, para, ¡entre brindis!, programar nueva fecha para el retorno y preparar el siguiente “techo”: La Maroma …¡desde la Axarquía!.