El día 26 de junio, comenzamos la jornada a las 5:00 horas con la ilusión de llevar a cabo la XIV Mulhacén Cumbre Salvaje en su ruta por Guejar Sierra. A esta hora nos vemos todos citados en el punto de reunión para desplazarnos hasta Guejar, donde comienza la travesía.
Allí no nos olvidamos de las exquisitas tortas de manteca y chicharrones junto al chocolate suizo que nos ofrecía Richard, participante alemán de más de 60 años, afincado en Suiza que hacen las delicias en el Barranco del Guarnón. La progresión del grupo hasta cueva Secreta fue rápida, alcanzando esta zona a las 9:30 horas. Allí disfrutamos de un desayuno más intenso y relajado para afrontar la exigente subida de la Majada del Palo, Valdecasillas arriba y Chorreras de la Mosca. En esta zona ya el grupo de divide en varias cuadrillas encabezadas por Luis Morell, que al quedarse solo como juvenil del grupo, otro asistente de esta edad no pudo asistir a última hora, tomó la opción de alcanzar la cumbre lo antes posible y para las 13:00 ya estaba en el Mulhacén. Otro segundo grupo no tan explosivo fue ascendiendo a buen ritmo de tal forma que a las 12:30 ya estaba en la Mosca disfrutando de una comida para retomar fuerzas y alcanzar la cumbre previo paso por el Collado del Ciervo. Antes de partir esperaron a que llegara el grupo más retrasado en el que se encontraba Richard, excelente deportista pero al que la altitud lo dejó muy mermado de fuerzas para acometer la ascención. Una vez repuestos todos, emprendimos la subida hacia la cumbre, recomendando a nuestro compañero suizo que no subiera hasta la cima por lo exigente de la misma. Nos insistió en su interés por hollarla y el grupo que lo acompañábamos tomamos la opción de apoyarlo en su tentativa. La ascensión fue lenta y muy trabajosa, llegando a la cumbre a las 17:30 totalmente exhausto pero muy contento de su azaña. Quede el agradecimiento por parte del mimo y de la organización a Carmen Calderón, Conchi Ortega y Jesús García por su excelente colaboración. Allí nos encontramos con los participantes de la otra ruta y nos hicimos nuestra foto de cumbre, con un excelente tiempo. El grupo hizo una bajada rápida y sin contratiempos, salvo nuestro montañero suizo que, dado el desgaste que tuvo en la subida, la bajada la llevó a cabo lentamente, pero nos queda el recuerdo de un deportista al que ayudamos a cumplir una ilusión y que se fue encantado con la riqueza natural de nuestra Sierra. Para la hora de la cena en el Poqueira, todos estábamos juntos y contentos por la jornada que habíamos vivido.
La Cumbre Salvaje tuvo como cada año su versión infantil -aunque curiosamente predominara un grupo de mozalbetes no tan infantiles-. Salimos con ilusión de la Hoya del Portillo, dirigiéndonos con un buen ambiente y a buen ritmo hasta el Alto del Chorrillo. Tras un fugaz aperitivo, emprendimos la larga subida de la loma del Mulhacén, dándonos ánimos unos a otros y con un paso tranquilo pero continuo. En la cima nos aguardaba la sorpresa de que ya había algunos aventajados de la ruta A que habían logrado su hazaña. Como siempre, reencuentro entrañable de compañeros del club, de mayores, menores -y acompañantes de menores-, en el que se intercambiaron experiencias y vituallas para compartir, entre bromas, técnicas sobre ese difícil arte de domar montañas. Felicitaciones mutuas por el nuevo logro. Fugaces fantasías de algunos pequeños sobre qué se sentirá al realizar la ruta larga, que se convierte en una bonita tentación y un bonito reto para el futuro... Plácida y larga espera para que el grupo completo se encontrara en la cumbre. Foto multitudinaria de participantes en el mojón de la cima... Después, el descenso hasta el refugio con la ilusión del manjar y el descanso -también del tradicional mojito, pero eso trasciende las aspiraciones de los auténticamente infantes-. Al día siguiente, la pronunciada bajada a Trevélez, que también se hizo con buena marcha por lo que se llegó temprano al célebre y añorado pilón, cuya agua es la recompensa que ansiamos tras las vicisitudes pasadas en la montaña. Nueva puesta en común de experiencias y reflexiones con deliciosas y generosas tapas delante y fin de una nueva ruta salvaje -...y van 14...- que ha dejado a todos cuantos fueron satisfechos y con un agradable sabor montañero en espera de la siguiente edición.
Jose A. Tarifa/Antonio Morell