9:57 del sábado 21 de febrero de 2015, en el Puerto de la Ragua, a caballo entre las provincias de Granada y Almería y puerta de paso de la comarca del Zenete a la conocida y famosa Alpujarra o viceversa.
El día apuntaba "maneras" alpinas, como ya nos había advertido Ana Crespo, con un detallado pronóstico climatológico el jueves en nuestra reunión habitual del Club. La muchacha lo clavó.
Pero los 6 enanitos y Blancanieves, valientes e intrépidos decidieron plantarle cara a doña Climatología y como se observa en la primera foto del reportaje, se pertrechan para la que les viene encima. A ellos no los iba a arredrar unos copos y un poco de niebla, aunque creo que no eran muy conscientes de a donde se iban a meter a pesar de que ya caían copones.
Cantando y en ordenada formación, empezaron su deslizar hacia el Morrón, como se observa en las fotos 2ª y 3ª.
Y de esta guisa y pegados a los pinos para evitar el ventarrón siguieron en formación.
La niebla se iba espesando y cada cual trataba de encontrar el mejor camino para la ascensión, lo que creó cierta confusión y obligo al enanito mayor a tomar una decisión. Todos unidos y en pelotón. NOTA.- Para seguir este relato sin perderse ayúdese de la observancia de los documentos gráficos adjuntos.
Al llegar a lo que creían la cima del Hornillo, el vendaval y la ventisca eran tal, que alguno de los enanitos se refugió en un hueco junto a una planta cristalizada que había en la cima, mientras dilucidaban en enfriada-discusión la conveniencia o no de seguir con la excursión.
Se decide por mayoría natural, incluido el voto de Blancanieves, abortar el segundo ascenso del día y bajar para escapar del vendaval.
Sin ver tres en un burro, ni mas allá de sus narices comienza un arriesgado descenso, buscando el bosque o pinar, al que tras una bajada cuñera-puñetera llegamos a lo lejos a vislumbrar.
Continuando por el borde del pinar llegamos a un barranco de armas tomar con bastante hielo y que hubo que remontar. Volvemos a subir hasta el Hornillo por segunda vez, donde los enanitos por aclamación deciden irse en busca del porrón.
Tras quitar pieles y en perfecta formación inician el descenso buscando el camino del barranco que les lleve de vuelta al Pto de la Ragua. Como la nieve no estaba para hacer travesuras (aquí nos hubiera gustado ver a los/as "culebrineros"), pues vuelta María, media ladera, matojo, espino, vuelta María, media ladera ahora en dirección contraria, espino, matojo, espino.....y así hasta que el enanito mayor y guía de la panda se encontró con una "rebaba del terreno" y patas arriba quedó, las risitas a sus espaldas escuchó y creo que documento grafico lo captó.
Al fin sanos y salvos en el parking montaron en sus alazanes y en el Hogar de Ferreira se refugiaron y buena cuenta de las viandas dieron, y entre morcillas, papas y huevos celebraron la excursión que doña Climatologia no les dejó realizar.
El enanito mayor.