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Una vez más y con este van 3 años realizamos la "bajada" a Salobreña, una de nuestras clásicas de bici. Sí, la dichosa bajada, tiene aproximadamente unos 1000 y pico metros de desnivel positivo, como dicen los entendidos, porque si contamos los negativos, salen muchos más. 

Nos juntamos a las 7 de la mañana en el sitio habitual de salida, el parking de la Inmaculada y frente al Centro Cultural Memoria de Andalucía. Como también es habitual, están los formales y los informales y los que llegan con el café en la mano. 

Entre pitos y flautas, reunimos 20 personas y personos amen de algunos personajillos. Bien, antes de comenzar la crónica oficial, explicar que este año se han hecho claros intentos por parte de algún "sosio" de variar la trayectoria de la ya clásica bajada a Salobreña, al final impero la cordura y se hizo el trayecto habitual. Fue así y algunos penaron lo suyo, si hacemos el trayecto alternativo, hubiera habido varios "tibios" y algún que otro "frio", según el argot Peruano. Las 7h 20 min. a.m. nos dieron esperando a los últimos rezagados, fue la hora de ponerse en marcha.

Cruzamos el Genil y nos adentramos en el parque, pasamos bajo la Autovia de Sierra Nevada A-44 y cruzando el puente sobre el Dilar, los polígonos industriales y la calle donde termina el tranvía del Alcalde de Granada llegamos a bordear las pistas de aterrizaje de la patrulla Alfa y recordando mis primeras bajadas a Motril en el dos_caballos de mi progenitor llegamos a Alhendin. A estas horas ya hemos tenido una avería mecánica seria, el Presi se ha quedado sin frenos, más adelante se quedaría sin piernas. La llegada a Padul fue rápida, pasando previamente el primer puerto del día, el Puerto del Suspiro del Moro. Se nos reincorpora el Presi, ahora con frenos.

Desde aquí hasta cruzar de nuevo la autovía de Sierra Nevada y enganchar la carretera de las Albuñuelas todo fue una. Llegamos a las Albuñuelas, por asfalto, pueblo de temblores y naranjas y donde las fachadas de algunas casas lo "cantan", lo de los temblores, las naranjas también son evidentes. Aquí sufrimos otra avería, ahora el web master_Jesús ha pinchado. Reagrupamiento de todo el mundo y dejando la carretera comenzamos el camino forestal de Albuñuelas. la cual ya no abandonaremos hasta llegar al pueblo de Molvizar. Algunos aprovechan la paradiña del pinchazo para reponer fuerzas y aliento. Hace calor. 

Desde las Albuñuelas hasta el, por nosotros llamado cortijo del motor, (cada vez que hemos pasado por este paraje el motor ha estado funcionando), es todo una continua subida con alguna rampa dura, pero con firme de hormigón lo que hace que la bici agarre muy bien y no entrañe la subida ningún problema especial. Esta subida entre pinares y junto al Barranco de la Cruz Chiquita es algo fresquita por la sombra de los arboles, que palia algo el insoportable calor que vamos a pasar.

Llegamos al collado Puerto de la Toba a 1120 m. división de aguas donde tomamos un pequeño piscolabis y damos alcance a varios miembros y una miembra que habían hecho alguna "trampilla" saliendo desde las proximidades de Padul.
Bajadón hasta los 930 m. de altitud donde dejamos el carril principal que de seguir llevaría al pueblo de Guajar Alto y enganchamos el carril denominado por alguien como la "cuesta de la Humillación", por donde comenzó el especial calvario de algunos.
Esta cuesta debe su nombre al hecho de que se impone a la gran mayoría de los bicicleteros que intentan subirla sin poner pie en tierra. Son pocos los elegidos que lo han logrado. En esta edición creo que uno o ninguno. Yo la he subido por primera vez, enterita andando.

Por fin llegamos a la cuerda, en las proximidades del Tajo de la Posta, divisoria de los municipios de los Guájares y de Lentejí. Comenzamos la bajada contemplando unas bellas panorámicas de los valles y las estribaciones de Sierra Tejeda así como la sierra de Lujar y los pueblos de de Guájares y Lentejí.

La bajada tiene varias tachuelitas que no la hacen tan bajada, y es donde los calambrosos tienen que apearse de las bicis y subir como pueden.

Llegamos a la Sierra del Chaparral donde el carril discurre por su cara norte. Por fin y tras una bajada por un carril para motos de trial, donde algunas mordieron el polvo, llegamos al pueblo de Molvizar donde alguien descubrió una fuente, y todos de cabeza a ella. La gran mayoría llegamos sin gota de agua y es que hizo "muncha calo".
En Salobreña llego lo bueno, el baño exterior con agua salada y el interior con jugo de cebada, unos espetos y una "panza" de arroz hicieron el resto para recuperar esos cuerpos ajados.
Ha terminado la bajada 3º. Viva la siguiente.