Erase una mañana de sábado que un grupo de diversos personajes se citaron para aventurarse con sus velocípedos por un bosque encantado, la Dehesa del Camarate. Se reunieron en la Fábrica de Chocolate (gasolinera de Huétor Santillán) a las 8.30 de la mañana, ya algunos perezosos hicieron esperar al resto porque habían decidido salir de casa sin tomar sus pócimas mágicas.A las 9.30 ya estaban encima de sus corceles en las inmediaciones de la aldea de Lugros.
Desde aquí comenzaron a subir y a subir por el camino de baldosas amarillas, adentrándose entre encinas y pinos gigantes que les hacía más fresca y agradable la subida.
Tuvieron que enfrentarse a las fieras del bosque que estaban por allí pastando. La subida fue agradable y pausada para que nadie se quedara sólo y asustado en el bosque.
Se encontraron con los guardas del bosque que les recordaron no abandonar el camino de baldosas amarillas si no querían engrosar las arcas del señor feudal. Así que para llegar a la cumbre en la piedra del soldado tuvieron que cargar los biciclos al hombro. Aquí dieron cuenta de las viandas y el reportero gráfico Asterix inmortalizó estos momentos emblemáticos . A estas alturas nuestro joven Dartañan ya estaba un poco harto de nosotros.
Iniciaron la bajada por el sendero de los amigos que fue del agrado de todos, aunque en la bajada los brujos acechaban y aparecía alguna cuesta arriba. Así como un par de pinchazos y eso que llevaban cámaras mágicas, pero tanto el Correcaminos, primero, como Papá Pitufo después sufrieron estos maleficios, menos mal que venía también Pedro Picapiedras y echó una mano para deshacer el embrujo. Mientras tanto nuestro amigo Pepito Grillo instruyó a Blancanieves sobre cómo llevar su bici a punto y Pipicalzaslargas iba aprovechando estos momentos para tumbarse al sol que les acompañaba, todo esto sucedía en las inmediaciones del Cortijo de Bierma.
Papá Pitufo les volvió a sorprender con un camino desconocido bajando y subiendo barrancos, con alguna bajadita que sólo el valiente Dartañan fue capaz de acometer.
Y así después de 35 km. y de (pincha más abajo en la palabra Camarate)....m. de desnivel, llegaron a sus naves espaciales otra vez, no sin antes otra fechoría de las brujas ya que a la nueva incorporación Ricitos de Oro se le salió la cadena, pero sin consecuencias y gracias a su gran pericia y a la supervisión del Ratoncito Presumido concluyeron la misión todos felices.
Quedaba el reponer fuerzas, primero lo intentaron en la cantina de Lugros, pero el posadero no estaba por la labor, así que tras escuchar las protestas del Enanito Gruñón decidieron irse a que "Las Cuatro Hermanas" les agasajaran.
Comieron albóndigas con patatas y fueron muy felices.
Colorín, colorado este cuento se ha acabado.
Moraleja : Si a los personajes quieres descubrir a la próxima aventura tendrás que venir.
La Narradora
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