Aunque con el retraso habitual de un socio que lleva muchas crónicas redactadas, a cual más mala, os relato brevemente lo que fue la ruta en bici de montaña del día 13 de octubre de 2012.
Tanto la salida como la llegada se hizo desde el pueblo donde hay un hermoso castillo del siglo XVI, en lo alto de una colina y que perteneció en su día a D. Rodrigo Díaz de Vivar, hijo del cardenal Mendoza, pero de toda la historia de este bonito pueblo, su castillo y sus gentes podéis documentaros en multitud de sitios Web. http://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_La_Calahorra
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La idea primera era salir a recorrer los carriles de la Sierra Nevada en dirección Aldeire y por debajo de los morrones del Mediodía y San Juan pero como el día estaba algo nubladito y para no pasar mucho frío, que no están los cuerpos para ello, la organización del itinerario decidió cambiar cara Norte por la Sur e irnos hacia las estribaciones del parque natural de la Sierra de Baza.
Salimos desde La Calahorra un grupo homogéneo y, porque no decirlo, de personas muy fuertes, en número de diez mas el lugareño señor José Olmos de 62 años pero fuerte y fibroso como las varas de mimbre.
Comenzamos el itinerario en subidita hacia la localidad de Ferreira y coronamos su pequeño puerto, continuando en bajada camino al pueblo, "cuna de la moneda americana" Dólar. Seguimos en dirección a la autovía para cruzarla y dirigirnos al Pocico, sede de las afamadas bodegas Méndez Moya. Hasta aquí el itinerario transcurrió por asfalto pero prácticamente sin coches, uno o ninguno.
El terrero de tierra compacta, con viñas a los lados y grandes molinos de viento que harían las delicias del Quijote y Sancho fue lo siguiente pasando por varias cortijadas como los Miguelones y otras. El terreno era un sube y baja con llanos bordeando las laderas hasta llegar a una bifurcación donde se empina algo para seguir hasta la aldea de la Rambla del Agua, con su típica iglesia que otro día visitaremos. Hasta aquí, con su vuelta siguiendo el carril de la izquierda al llegar al pueblo, era el itinerario previsto y conocido por el organizador. Como el grupo deseaba más trayecto, nos dirigimos siguiendo por la pista, con alguna que otra subida fuerte, hacia El Raposo.
Esta aldea abandonada del Raposo, tiene su origen en un latifundio llamado el Cortijo del Carmen, de actividad ganadera pero que en la I guerra mundial fue poblado por alemanes que explotaron las minas de plomo amarillo (wulfanita), de ahí el aspecto colonial de alguno de los edificios que se mantienen en pie, tambien se puede ver su típica iglesia de la virgen del Carmen y un refugio que habrá que averiguar si está en buen uso. Hasta aquí era bonito pero después fue más y para guinda en varios momentos se nos cruzaron ciervos, que por estas fechas están en la típica berrea. Después, ya salimos a la gran pista que casi todo en bajada llega al recóndito Charches, pueblo que disputa ser el más alto junto al Trevelez alpujarreño. Desde aquí ya por asfalto y a una velocidad frenética nos lanzamos hacia la Calahorra pasando por alguna que otra edificación donde antaño hacían los wester. Pasamos la autovía A92 y como decía alguno "se ve el castillo en lontananza", aunque todavía queda subir el llamado por los lugareños puerto talleres Olmos ya que aunque no lo parece pica siempre para arriba y parece que no llegas nunca.
Pero al fin llegamos, después de unas cuatro horas de ruta, 1.200 metros de desnivel y unos 62 Km. Alguno de los que llevaban aparatos de medición seguro que nos ponen el itinerario y todos los datos más específicos.
La jornada pedalistica la finalizamos en el bar Torcuato, tomándonos unas birras y las sabrosas tapas (pa mi la morcilla lo mejó).
La próxima del marquesado espero que la hagamos pronto, quizás cuando las castañas estén en su punto.
Gerardo Benavides