CRONICA BICICLETERA, 1 de noviembre de 2012.
Las 7:30 h de la mañana, hago una marca en el calendario, es mi primera excursión de bicicleta con el Club. No parece un día muy propicio, está lloviznando y me asaltan las dudas de siempre cuando empiezo una actividad nueva, pero claro, si no voy esta vez en la que se promete que va a ser una ruta fácil, no sé cuándo voy a empezar.
En torno a las 9:45h nos encontramos dispuestos a empezar nuestra ruta en la Mimbres. Hay quien incluso está dispuesto a innovar con el "monociclo" y es que Eloy y Ruth, tan profesionales y preparados como siempre, han olvidado la rueda de sus dos bicis. Está claro que nuestro primo Alzheimer viene cada vez más a menudo a visitarnos.
Finalmente y tras la rigurosa foto de familia nos ponemos en marcha y en seguida me doy cuenta que hay muchos maestros de los que aprender y todo son consejos y ánimos para mis primeras pedaladas. La ruta es tranquila, para algunos quizás demasiado y así, como la cabra tira al monte, hay quien como el Corcovo decide hacer una pequeña incursión en las lindes del camino y comprobar en primera persona que el suelo está más cerca de lo que creemos.
Yo voy pelándome con los pedales automáticos hasta que Eduardo decide "arrancarme" las plataformas de apoyo que en definitiva no son más que una muleta psicológica para vencer mis dudas. Ahora no me queda otra que concentrarme en serio, dejar de quejarme y tirar "palante". La verdad es que con la ayuda de todos voy ganando confianza a cada pedalada y empezamos a disfrutar de un día otoñal en el que se atreven a visitarnos los primeros rayos de sol.
Cuando aparece la primera bajada de nuevo algunas dudas y encima los maestros no se ponen de acuerdo sobre la mejor manera de hacerlo, menos mal que en realidad no tenía mucha dificultad y tiro como puedo hasta abajo. Ahora es Paco Luis quien toma la iniciativa y nos invita a practicar fuera del carril. Reconozco que a pesar del "canguelo" me resulta divertido pero está claro que hay que practicar más.
En el breve tramo en que la cosa de vedad se complica un poquito casi todos nos bajamos de la bici, aunque siempre hay quien como Pepe Luis se atreve con todo. Y así pedalada a pedalada llegamos al momento "cómico" del día. ¿Quién ha inclinado ese árbol que me impide cruzar el puente y que me empeño en llevarme por delante?. Justo ahora que le voy cogiendo confianza no me queda otra que rendirme a la evidencia de mi falta de habilidad y es que el primer día no hay que tentar demasiado a la suerte.
La etapa va acercándose a su final y como hay que dar testimonio de nuestra "gesta" toca ahora la foto artística. 20 metros de subir, bajar, volver a subir y volver a bajar hasta encontrar el encuadre perfecto que resalte nuestro perfil frente el fondo otoñal.
El último kilometrillo es de subida y a estas alturas a mí se me atraganta un poquillo, el ritmo en subida es otra de las cosas que tengo que aprender. Menos mal que a mitad de camino paramos. Aparecen Ruth y Eloy que finalmente decidieron prescindir de las artes circenses del "monociclo" y vuelven andando con un botín de setas nada desdeñable.
La jornada acaba. Han sido unas 3-3.30 horillas de un buen día, un paseo agradable, y buena compañía. Lo que vino después ya lo imagináis.
Fdo: CarmenCar
Agradecimiento especial a todos los protagonistas de la película: Paco Luis y su hija Carmen, Concha, Eduardo y su hijo Pablo, Miguel, Pepe Luis, Paco Corcovo, Ana la volaora, Ruth y Eloy.
