Lo primero que se me ocurre para describir esta excursión en bici del fin de semana pasado son las dos palabras: ¡ESPECTACULAR y MUCHO FRÍO! Si algunas veces nos podemos despistar facilmente con la estacion en la que nos encontramos - ¡este sábado lo teníámos clarísimo! Un día de invierno total, precioso con esta luz típica y nítida de Granada en estas fechas. Estoy segura que más de uno se planteó durante la excursión comprarse uno de estos botines para abrigarse los pies - ¡si los teníamos todos helados! Salimos desde el Triunfo yendo a Pulianas, todo por terreno asfaltado y llano para
despertarse poco a poco, y preguntándose cuándo íbamos a tener que hacer frente a las primeras cuestas. En Nívar ya estaba claro - hasta algunos (¿o una?) incluso se apeó para entrar andando al pueblo. En la iglesia tocaba 'striptease' porque a partir de allí nada más que subida. Aunque lo del 'striptease' era un decir, porque hacía mucho mucho frío - con las cinco capas que llevábamos algunos, quizás nos quitábamos una o como mucho dos. Y el terreno que nos esperó era absolutamente espectacular: Una Sierra brillantísima y blanquísima entre pinos y caminos que me recordaban a los bizcochos con azúcar glass rodeando aguas heladas de un frío color verde y las ruedas que, por cierto algunas pinchaban, haciendo 'crac' en la escarcha. Conforme íbamos avanzando Pacului cogió ya fama de 'mentiroso compulsivo', porque cuando ya se repetían las preguntas por los metros de desnivel y se empezó a hablar de 'kilometrillos', teníamos claro que los números de su boca tenían que haber encogido algo. Pero había suficientes descansos al sol para calentarse los pies, comer plátanos y degustar estas ¡riquísimas! galletas hechas por Esperanza. Por cierto: La idea de Concha traerlas en vez de subir la receta a la 'Tija Pija' me parece muy acertada. Y lo nesitábamos (¡algunos más que otros!), porque tocaba subir al pico de Corzo con la bici a hombros (¡qué vistas!). Y también tocaba - al menos a los ciclistas más normales - bajar la bici a hombros por una vereda un buen rato. Pero aún así estábamos todos encantados. Después de una 'birra fría' en el Caldero donde por amor a la bici nos quedábamos fuera en la terraza, sacó Pacolui su última sorpresa: Una vereda absolutamente desconocida para todos los públicos, incluso para los tíos normales nacidos en el Zacatín. Dejando la carretera del Fargue a mano izquierda serpenteábamos muy animados ya con la cervezita dentro hasta llegar al famoso 'Mirador Pacolui' justo antes del Mirador de San Miguel Alto. Bueno, e íbamos tan animados que Ana la Volaora por poco se cae monte abajo si no hubiera sido por las malas hierbas que la salvaron y le impidieron a volar más. Con una Graná casi dorada de luz, porque eran ya casi las cuatro, nos perdíamos todos en los callejones del Albaizín, contentos y cansados y con ganas de más. ¡Hasta la próxima!
Ruth Burbat
Los datos técnicos de la excursión en : Fuente del Triunfo...el Corzo y vuelta a casa