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El domingo trece de marzo tuvo lugar una nueva cita de “A pie por la historia” para visitar Los Dólmenes y el Torcal de Antequera. Citados a las 9’00, nos presentamos en “el Serrallo” Pilar y Ramón, Kika con Manolo Palomino y su hijo Nacho, Ana y el que escribe (Pablo).

Con la familia de Ana (madre) y sus hijos Santi, Ana y María quedamos en la puerta del Conjunto Arqueológico.Dividimos la jornada en dos partes. En la primera, asistimos a la visita guiada de los Dólmenes de Menga y Viera que ha concertado Kika. Nosotros, antes, hemos ido a ver el “tholos” de El Romeral, que dista de éstos tan solo tres Kilómetros. En estos monumentales sepulcros de finales del Neolítico y comienzos de la Edad de Cobre (2500-1800 a de E. aprox.), insertos en la “Cultura de los Millares”, descansan los “principales” del fértil valle del Guadalorce, destacando entre sus funciones , la adscripción de estas comunidades a la tierra, añadiendo además, las religiosas y las de lugares de observación astronómica.


Para continuar la jornada, nos desplazamos en dos coches al Torcal de Antequera, donde, llegados sobre las 13’30, somos “obligados” a abandonar los vehículos en un parquing, ¡ a tres kilómetros del Centro de visitantes! . Empezamos a caminar por un sendero de nueva factura, pero, el “espectáculo” que nos topamos nos “ afloja” un poco la moral. Es tarde, estamos lejos del inicio de los itinerarios clásicos, grandes hileras de “caminantes” avanzan entre los coches aparcados en la cuneta de la carretera, y, para colmo, el masificado sendero no tiene “swing”.

En éstas, Ana, que nunca se resigna, se rebela, y, asegurando que vamos a descubrir el “verdadero” Torcal, ¡¡ traspone monte arriba!! Inventando una ruta mágica y muy divertida “made in Mulhacén”.

Primero accedemos a un collado – mirador entre una cantera abandonada y unas grandes antenas, donde comemos. A continuación, reanudamos la marcha, avanzando entre torcas y dolinas, “ descubriendo” (¡¡ gracias Ana y Kika!!), a cada paso, minerales “preciosos” y sobre todo algas y prehistóricos seres marinos. En resumen, que andando por estas cumbres y valles caminamos al mismo tiempo por el fondo del mar.

Hacia las cinco de la tarde, descubierto el último amonites gigante bajo una gran roca “hongo” “parasol” “platillo” Ana se orienta con un gps de móvil, y en rápida transición salimos al centro de visitantes hacia las 17'15. ¡¡ Ya no hay autobuses!! Se lamenta la pequeña María. Mientras valoramos la mejor opción, visitamos el “tornillo”, donde se quedan esperando a que las recojamos, cansadas, Ana (madre) y las niñas. El resto del grupo bajamos presto al parquing, para que Pilar pueda subir a por las que la esperan arriba. Pero, la jornada finaliza con otro golpe efecto; Ana y sus dos niñas se apean de un coche particular frente a nosotros, justo cuando nos disponíamos a ir a por ellas. ¡bien ese coraje!. La excursión ha durado algo menos de cuatro horas. El desnivel no ha superado los 400 mts.

 

VER REPORTAJE FOTOGRÁFICO COMPLETO.-. AUTOR: PABLO CANO

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